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Una vida rescatada gracias a tu ayuda

El año pasado compartimos la historia de Dhea*, una creyente que tuvo que abandonar su país de trasfondo musulmán. Dhea tomó la valiente decisión de ofrecer su nueva casa como residencia temporal para personas de su país de origen, incluyendo musulmanes, que necesitaban tratamientos médicos especializados. Hoy, queremos relatar una poderosa historia sobre cómo Dhea obedeció a Dios para convencer a una mujer de no abortar y cómo esa situación permitió a Dhea compartir el Evangelio.

Dhea, una profesional de la medicina y colaboradora de Puertas Abiertas, siempre había sentido el deseo de compartir el Evangelio con las personas de su país de origen, donde la mayoría de la población es musulmana, y los cristianos son una minoría clandestina que representa menos del 1%. A pesar de haber tenido que huir debido a su fe, Dhea no permitió que esto la detuviera en su misión de compartir el amor de Cristo.

En su nuevo hogar, Dhea abrió sus puertas para ofrecer ayuda médica, lo que a menudo abría la puerta para compartir el Evangelio, como lo podrás ver en el siguiente relato.

Muchas mujeres embarazadas de su país de origen acuden al lugar donde Dhea vive ahora para dar a luz, ya que carecen de instalaciones adecuadas para gestionar embarazos complicados en su lugar de origen.

Sin embargo, un día, Dhea se encontró con una situación inesperada. Una mujer musulmana y su esposo llegaron buscando ayuda médica. La mujer estaba embarazada de cuatro meses y, para sorpresa de Dhea, la pareja había decidido abortar debido a las implicaciones que el embarazo tendría en su trabajo y su vida familiar.

Dhea se encontró en un dilema ético, ya que su fe no le permitía participar en un aborto. A pesar de esto, la mujer suplicó ayuda a Dhea mientras lloraba desconsoladamente. Dhea decidió llevar a la pareja al hospital, pero les dejó claro que no podía apoyar el aborto.

Mientras esperaban en el hospital, Dhea sintió una fuerte guía interior para hablar con la mujer. A pesar de su incertidumbre, comenzó a describir las características del bebé en desarrollo: “Tu bebé tiene uñas, pelo, dedos, puede oír, tiene un corazón…”. Estas palabras conmovieron profundamente a la mujer y la llevaron a reconsiderar su decisión.

Cuando finalmente ingresaron a la consulta médica, Dhea esperaba que la mujer informara al médico sobre su decisión de abortar. Sin embargo, para su sorpresa, la mujer simplemente dijo que venía para un chequeo médico. Dhea quedó desconcertada pero agradecida.

Al salir del hospital, la pareja llevó a Dhea de regreso a su casa y compartieron la noticia: habían decidido mantener al bebé. Todos lloraron de alegría.

Tiempo después, el bebé nació sano y salvo. La madre mantuvo contacto con Dhea y, en una ocasión, llevaron al bebé para conocer a Dhea. Incluso le pidieron que orara por su hijo, lo que fue un gesto significativo de confianza, ya que rara vez los musulmanes permiten que un cristiano ore por ellos, y mucho menos por su hijo.

Dhea cree que Dios tiene un plan especial para ese niño y continúa manteniendo contacto con la familia, recibiendo actualizaciones sobre la vida del niño.

Esta valiente hermana en un país musulmán agradece profundamente a los colaboradores de Puertas Abiertas por su apoyo constante en su ministerio. Sin las oraciones y el respaldo de los colaboradores de Puertas Abiertas, no podría brindar ayuda y esperanza a personas como esta mujer y su familia. Tu apoyo a Puertas Abiertas contribuye a llevar vida y esperanza a personas que sufren en todo el mundo.

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