Un hombre se encontraba en estado terminal en el hospital, pero su situación cambió después de que un pastor desconocido llegara y orara por él. Al día siguiente, al despertar, se dio cuenta de que su salud se había restaurado y su cuerpo volvió a funcionar.
Christian Léo Siqueira, un periodista y locutor brasileño, había padecido un intenso dolor abdominal desde su infancia. “He vivido con dolor toda mi vida, era insoportable”, dijo.
Cuando tenía 12 años, los síntomas se intensificaron, y su familia lo llevó a varios médicos, pero ninguno pudo diagnosticarlo.
Fue solo en la adultez que le diagnosticaron la enfermedad de Crohn, un grave trastorno que afecta el sistema digestivo y no tiene cura.
El periodista sufrió varias crisis y estuvo hospitalizado en la UCI debido a esta enfermedad. Finalmente, tuvo que someterse a una cirugía para extirpar una parte de su intestino, pero durante la intervención, los médicos descubrieron que todo su intestino estaba comprometido y necrótico, lo que requirió una extirpación total. A raíz de esto, tuvo que usar una bolsa de colostomía por el resto de su vida.
Después de dos años lidiando con las dificultades de vivir con la bolsa sin que nadie lo supiera, Leo llegó a un punto de desesperación. Oró sinceramente, diciendo: “Dios, no puedo seguir así, he llevado esto toda mi vida. O me sanas o me llevas, porque no quiero llegar al punto de quitarme la vida”.
En ese momento, Leo solicitó que le quitaran la bolsa, a pesar de que solo tenía un 5% de posibilidades de sobrevivir sin ella. Después del procedimiento, su intestino tuvo complicaciones y requirió cuatro cirugías adicionales. Su salud se deterioró gravemente, sus órganos dejaron de funcionar y el médico le informó a la familia que no se podía hacer más por él.
La familia fue convocada al hospital para despedirse, incluyendo su esposa e hija pequeña. En su lecho de muerte, clamó por ayuda: “Dios, dame una última oportunidad”. Al día siguiente, un pastor llegó a visitarlo y le anunció que el Señor le había ordenado ungirlo para su sanación.
“Dios te dice que no morirás y que la obra que Él tiene en tu vida se cumplirá, y tu voz será utilizada para sanar a otros”, profetizó el pastor mientras ungía el pie y la cabeza del hombre.
Esa noche, Leo experimentó una sensación de que algo estaba ocurriendo en todo su cuerpo. “Mi cuerpo comenzó a temblar. Vi una pequeña luz en mi pie, y esa luz comenzó a ascender hacia mi cabeza, haciéndose más intensa”, relató.
Al despertar por la mañana, sintió la necesidad de ir al baño después de días sin orinar. El equipo médico fue llamado para evaluar cómo su cuerpo había recuperado su funcionamiento.
“¡Es un milagro!”, exclamó una enfermera. El periodista declaró: “Dios me sanó esa mañana de domingo, y el lunes fui dado de alta”.
Fuente: RDN
