WASHINGTON — El gobernador de Florida, Ron DeSantis, resaltó el papel fundamental de la fe en Dios en el liderazgo. Al hablar sobre cómo impulsaría la causa de la libertad religiosa si llega a ser el 47° presidente de Estados Unidos, DeSantis expresó: “No entiendo cómo ser líder sin tener fe en Dios”.
En su candidatura por la nominación presidencial republicana para 2024, DeSantis habló ante la multitud en la cumbre Pray, Vote, Stand del Family Research Council. En su discurso, compartió su fe y delineó cómo protegería la libertad religiosa de ser elegido.
Enfatizó que enfrentar la verdad en la actualidad implica desafíos y ataques, pero es la fe en Dios la que brinda fortaleza. Recordó la reciente clausura de iglesias durante las restricciones por el coronavirus, mientras otros lugares como tiendas de licores permanecían abiertos.
DeSantis lamentó el declive espiritual en el país y destacó la necesidad de un renacimiento espiritual que comience en instituciones religiosas y hogares. Adicionalmente, expresó preocupación por las amenazas a la libertad religiosa y el secundarismo de la fe frente a preocupaciones seculares en la cultura.
Refutó argumentos sobre la separación de iglesia y estado, sosteniendo que hay esfuerzos para establecer el “izquierdismo político” como la religión oficial del país. También mencionó casos en los que se viola la libertad religiosa, como el del entrenador Joe Kennedy.
Al describir su posible mandato, DeSantis prometió restaurar la plena libertad religiosa, nombrando jueces constitucionalistas y acabando con la discriminación religiosa en financiamientos gubernamentales. Propuso garantizar que las escuelas religiosas tengan el mismo acceso a fondos que las no religiosas y proteger a las instituciones religiosas de presiones externas.
Detalló planes para proteger y respetar la tradición y valores judeocristianos, incluyendo la creación de divisiones de conciencia y libertad religiosa en varios departamentos gubernamentales.
Finalmente, DeSantis concluyó refiriéndose a su gestión como gobernador de Florida, afirmando que su estado es donde “la mentalidad ‘woke’ muere” y, como presidente, eliminaría esta mentalidad de la historia de EE. UU.
