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Nueva legislación para ampliar la ley de blasfemia

Hace dos semanas el presidente de Indonesia, Joko «Jokowi» Widodo, anunció que la próxima ronda de redacción del nuevo código penal consistirá en involucrar al pueblo y escuchar su opinión.

El primer borrador del nuevo código se retiró hace dos años tras las protestas masivas que se produjeron en todo el país contra la legislación propuesta que, según los activistas, incluye artículos que amenazan una serie de libertades civiles, incluidas las de las minorías religiosas.

Aunque la ley se ha revisado desde entonces, hasta ahora no se ha publicado el texto definitivo y siguen existiendo dudas.

Una de las cuestiones es qué hará el nuevo código revisado con la actual ley de blasfemia. El texto de 2019 mostraba una definición ampliada de la blasfemia, al tiempo que mantenía una pena máxima de cinco años de prisión para quienes sean hostiles a quienes pertenezcan a una de las seis religiones reconocidas por el Estado, entre las que se encuentra el cristianismo.

Sin embargo, la ley de blasfemia se ha utilizado para perseguir a cristianos como el ex gobernador de Yakarta Basuki Tjahaja Purnama. Desde que se aprobó la ley en 1965, más de 150 personas, en su mayoría pertenecientes a minorías religiosas, han sido condenadas por blasfemia, según Human Rights Watch.

«Aunque la legislación sobre la blasfemia pretende “proteger” a todas las religiones reconocidas, incluidos los cristianos, la realidad es que en un país en el que algo menos del 80% de la población es musulmana. A menudo son los musulmanes los que recurren a esta ley», dijo Thomas Muller, analista de persecución de Puertas Abiertas.

Indonesia fue conocida en su día por su islam moderado, pero esto parece estar cambiando, afirma Muller. Señala lo que llama «el uso desmesurado de las acusaciones de blasfemia».

«Hace un mes, una cadena de bares de bastante éxito llamada Holywings realizó una campaña de marketing que salió muy mal. Ofrecían a todos los clientes que se llamaran “Mahoma” o “María” una bebida gratis. A las organizaciones musulmanas, pero también a la iglesia católica, no les hizo ninguna gracia y las primeras presentaron un caso de blasfemia contra la cadena y seis de sus colaboradores».

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