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Los inmigrantes en Florida están modificando sus comportamientos debido a una nueva legislación migratoria.

En los últimos meses, la vida cotidiana de muchos inmigrantes en Florida ha experimentado cambios significativos y ahora está marcada por el temor. Algunos limitan sus desplazamientos en automóvil a lo esencial y reducen sus visitas al supermercado. Otros ya no llevan a sus hijos a parques y sienten preocupación por dejarlos en la escuela. Algunos incluso han reducido al mínimo sus salidas, evitan viajar a otros estados, acudir al médico o incluso cierran sus negocios y consideran mudarse.

Este estado de alerta se ha generalizado después de que el gobernador republicano Ron DeSantis firmara una nueva ley de inmigración en mayo, considerada una de las más estrictas en todo el país. Esta legislación penaliza el transporte de inmigrantes sin estatus legal permanente, invalida cualquier tipo de identificación que posean y prohíbe a los gobiernos locales proporcionar tarjetas de identidad. También exige a los hospitales preguntar a los pacientes sobre su estatus migratorio y a las empresas con más de 25 empleados verificar la autorización legal de sus trabajadores.

Algunas disposiciones de la ley ya están en vigencia, mientras que otras entrarán en vigor más adelante. El gobernador DeSantis, quien está en plena campaña para la presidencia de Estados Unidos, firmó la ley con la intención de ganar el voto de los electores conservadores y ha criticado al gobierno del presidente Joe Biden por permitir la llegada masiva de migrantes a través de la frontera con México.

Desde la aprobación de esta ley, los inmigrantes entrevistados por AP han manifestado que sus rutinas diarias han cambiado debido al temor a ser detenidos, separados de sus familias y deportados a sus países de origen. Una madre hondureña de 31 años, que huyó de la violencia en su país con sus cuatro hijas en 2021, expresó que el cambio en la ley la hizo sentir un miedo similar al que la llevó a abandonar su lugar de origen. Ella había solicitado asilo y trabajaba como pintora de casas para mantener a su familia. Sin embargo, debido a la nueva ley, perdió su empleo y su madre, que también carece de estatus legal, ya no puede llevar a sus hijas a la escuela por temor a ser detenida por manejar sin licencia de conducir.

La aprobación de esta ley también tuvo un impacto económico, ya que su empleador, un salvadoreño en una situación similar, cerró su pequeño negocio de pintura de casas y abandonó Florida. La mujer tuvo dificultades para encontrar otro trabajo y dependió de la ayuda de amigos y familiares durante más de un mes.

La nueva ley de inmigración ha generado un clima de incertidumbre y miedo entre los inmigrantes en Florida.

En Florida, residen alrededor de 4.6 millones de extranjeros, la mayoría de ellos procedentes de Latinoamérica y el Caribe. Según la encuesta más reciente del Pew Research Center de 2017, al menos 825,000 de ellos carecen de estatus migratorio legal.

Cerca de la mitad de esta población contribuye significativamente a la fuerza laboral en sectores económicos clave del estado, como la agricultura, la construcción, la industria hotelera y de restaurantes, entre otros, según la American Business Immigration Coalition, una red empresarial que promueve la reforma migratoria a nivel nacional.

La nueva ley ha tenido un impacto considerable en la capacidad de estas personas para llevar a cabo sus actividades diarias de la misma manera que solían hacerlo. Según Shalyn Fluharty, abogada de inmigración y directora ejecutiva de American for Immigrant Justice, una organización sin fines de lucro que proporciona asesoramiento legal a personas de bajos recursos, la ley se percibe como ambigua y confusa. Esto ha generado preocupaciones sobre detenciones y acusaciones penales para personas que no saben cómo la ley podría afectarlas, incluyendo a ciudadanos estadounidenses que podrían estar transportando a inmigrantes sin estatus migratorio legal en sus vehículos.

Fluharty enfatiza que el grado de temor de una persona depende de su situación única y particular, y aconseja a quienes tengan inquietudes que consulten con un abogado. Sin embargo, la realidad es que no todos tienen acceso a asesoramiento legal.

En muchos casos, las familias han tenido que cambiar su forma de vida, incluso cuando algunos de sus miembros son ciudadanos estadounidenses y otros carecen de estatus migratorio legal. Un ejemplo es la familia de Salvador Rosas, cuyo caso ilustra la situación. Salvador y sus dos hermanos menores nacieron en Florida y son ciudadanos de Estados Unidos, pero sus padres y su abuela no tienen un estatus migratorio legal. Antes de la aprobación de la ley, la familia solía viajar en automóvil una o dos veces al año para visitar a su abuela en Chicago, a unos 1,600 kilómetros al norte. Sin embargo, tanto los padres de Rosas como su abuela ahora temen ser detenidos y han cancelado todos los planes de viaje.

Esta situación es especialmente complicada para Salvador, quien, a pesar de ser ciudadano estadounidense, teme ser detenido si viaja con sus padres y regresa a Florida. La nueva ley ha creado una separación entre estados dentro de Estados Unidos para su familia y ha generado una sensación generalizada de incertidumbre y temor en la comunidad de inmigrantes en Florida.

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